La gama de objetivos T* de Carl Zeiss ofrece el estándar de mayor nivel posible en cuanto a prestaciones, fiabilidad y, naturalmente, calidad de la imagen. En pocas palabras, son superiores en todo. Merecen toda la confianza por el extraordinariamente avanzado control de destellos para lograr imágenes nítidas y brillantes, por ejemplo. Y la distorsión es prácticamente nula, por lo que se asegura una precisión exacta en la reproducción de formas, especialmente útil al fotografiar productos y arquitectura.

Los fotógrafos desean guiar al observador a través de la imagen. A menudo se emplea una profundidad de enfoque mínima como elemento de diseño. De este modo, se mantiene el fondo intencionadamente borroso para centrar la atención del observador sobre el sujeto principal. Estas diferentes representaciones de las áreas borrosas, así como la calidad de la transición, se denominan "bokeh" (desenfoque) de un objetivo. Las características de precisión del diseño óptico de los objetivos SLR de Carl Zeiss aseguran un efecto particularmente armonioso de las áreas borrosas de la imagen. El diafragma de nueve hojas y la apertura resultante, prácticamente circular, de los objetivos SLR de Carl Zeiss son trascendentales para una interpretación favorable de los elementos destacados en el primer plano y en el fondo.

Los elementos ópticos de los objetivos ZEISS tienen el revestimiento T*® antirreflejos en todas las superficies, y un diseño óptico que garantiza unas imágenes con un brillo superior siempre, incluso en condiciones de luz desfavorables. Aplicamos el revestimiento antirreflejos a las superficies del objetivo mediante la deposición en fase de vapor de capas transparentes extremadamente finas sobre el cristal. Durante este proceso, sustancias especiales se vaporizan con una energía extremadamente alta en un entorno de alto vacío y, posteriormente, se depositan sobre las superficies de cristal una tras otra como capas de grosor precisamente controlado, para obtener la reducción deseada de las propiedades reflectantes. ZEISS empleó hace mucho tiempo, en la década de 1930, las primeras capas de revestimiento.

El manejo manual de un objetivo implica controlar el resultado de la imagen con las puntas de los dedos. La ergonomía lo es todo. Los objetivos ZEISS llaman la atención por su gran ángulo de rotación, que permite enfocar con precisión en un punto. Los cambios se ven de inmediato en el visor. La mecánica de gran calidad de foco es ligera, sin juego y sirve de ayuda adicional al juego intuitivo con el nivel de nitidez. El grabado preciso en metros y pies y la escala de profundidad de campo ofrecen más ayuda al enfoque manual.