La inspección convencional de superficies, por ejemplo, tratando la superficie con muelas, lleva mucho tiempo y depende del usuario correspondiente. Esta inspección subjetiva puede provocar desacuerdos entre clientes y proveedores y, en consecuencia, quejas, reclamaciones o costosas tareas de clasificación o reprocesamiento. Con el uso del sensor ZEISS ABIS III y la rápida tasa de detección de defectos de hasta 20 Hz, los procesos manuales y subjetivos de control de calidad se vuelven redundantes. El sistema, que consume pocos recursos, proporciona de forma continua y automática la base de datos necesaria para realizar retoques específicos, análisis rápidos de superficies y optimizaciones eficaces de los procesos.